Antes que se olviden estas fechas ya pasadas de Semana Santa, me gustaría contar lo bien que se lo pasaron los niños buscando huevos de chocolate por el jardín, resultó de lo más entretenido.
Estuvimos de casa rural con la familia de Papá (ya os contaré con más detalle porque estos días han dado mucho juego) y a mi cuñada se le ocurrió comprar huevos de chocolate pequeños y esconderlos por el jardín de la casa. Después de desayunar, selo dijo a Tate y… transformación: de pronto se convirtió en explorador! Le encantó la idea.
Empezó a dar vueltas revisando todo y…
- Aquí!!!! Aquí!!! – El primer huevo, qué alegría!
- ¿Hay más? – Preguntaba
- 25 – Decía ella
- ¿25?, eso son muchos! -Según lo estaba diciendo:
- ¡Mira! ¡Otro! – A buscar por otro sitio, y …
- ¡Aquí hay un montón! – Iba contando poco a poco. Por cierto, la búsqueda era en sí educativa, pero el recuento también 😉
Poco a poco fue encontrando huevos, de emoción en emoción. Hubo que ayudarle a terminar de encontrarlos, todo sea dicho, pero pasó un rato muy bueno, con algo tan simple, pero que le dio tantas alegrías…
Este tipo de cosas siempre me hacen reflexionar sobre lo que les podemos ofrecer a nuestros hijos sólo con un poco de imaginación, tiempo y sobre todo ganas, por supuesto. Hay cantidad de cosas que les pueden hacer disfrutar más que cualquier objeto carísimo, o incluso deseadísimo, y lo tenemos al alcance de la mano. Solo por verles la cara, merece la pena.
¡Hagámoslo realidad!
Fantástica idea y lo que tu dices, son cosas sencillas que les hacen difrutar muchísimo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Los detalles del día a día son los importantes, no los super-juguetes que nos meten por los ojos
Me gustaMe gusta
Me ha encantado la idea. Los peques disfrutan muchísimo con cualquier cosa y eso de convertirse en explorador le encantó a tu hijo.
Para el próximo año te copio la idea 😉
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sí, fue una buena idea, una experiencia nueva de algo muy sencillo 🙂
Me gustaMe gusta