Conciliación laboral

¿Conciliación laboral?

Por experiencia, NO me lo creo!

Sobre el papel está todo muy clarito, sólo hay que pedirlo y punto, pero cuando llega la hora de la verdad…

En mi caso, como yo tenía claro que quería seguir trabajando, además siempre había estado bien en la empresa, pensé que podría lograr conciliar. Llevé a Tate con cuatro meses a la guarde, un poco antes de que me tuviese que incorporar (con la penita que esto conlleva), llegó la hora de volver al trabajo, y … tuve que empezar a trabajar con mi horario habitual (9:00-13:30 y 15:00-19:30), suerte que ese mes, mi madre pudo quedarse con él por las tardes . Total, que llegaba, volaba por la casa para tener lo básico hecho, disfrutaba lo poquito que podía con Tate, y a dormir (tema que iremos descubriendo en nuevos posts, porque aquí hay tomate!)…

Al mes siguiente, mi madre (por suerte) volvía a trabajar, la guarde estaba hasta las 17:00, y no podía dejar a diario con Tate a nadie. Después de mucho debate, trabajaba sólo por la mañana, cosa que a la empresa no le parecía nada bien. Ofrecí diferentes horarios y posibilidades, pero todo venía mal. Pasado un tiempo, empezaron las… sugerencias (por decirlo de alguna manera) para que volviese a mi jornada completa, pero me era imposible así conciliar: si hubiese tenido a alguien para que cuide de mi hijo las horas que yo no estaba, económicamente, según cogía el dinero con una mano, lo soltaba con la otra… y encima, apenas iba a ver a mi hijo, y como madre, qué os voy a contar…

Además en seguida, empezó con bronquiolitis, estuvimos meses con aerosoles, que era lo único que le iba bien, pero estábamos casi siempre con ello. Llegaba la hora de ir a trabajar y muchas veces no estaba para ir a la guarde, entonces, acudía a mi suegra, que tenía que ir a por ella para dejarla en mi casa con el niño, bajar a la planta de abajo todo lo necesario porque ella no está para subir ni bajar escaleras y menos con el peque, él dormía en el carrito, paseo nada (porque hay varios escalones para salir a la calle), las medicinas tenía que venir y dárselas yo… una historia, porque ella quería ayudarme en todo lo necesario con alma y vida, pero había muchas limitaciones. Si tenía que llevarle al médico, tenía que pedir salir del trabajo, iba de nuevo, volando, porque las malas caras iban en aumento. Sigue leyendo