Carnaval Enamorado

Carnaval y San Valentín, ¿alguien da más?

La verdad, no soy muy partidaria de ninguna de las dos cosas, pero con niños, ya se sabe, ellos son lo primero y venga, de cabeza al carnaval.

A la hora de ir al concurso, hacía un día de perros, pero… ánimo! a prepararse, que luego se lo pasan muy bien, y habrá que aprovechar los disfraces aunque sea un rato…

Llegamos al concurso y buscamos al resto de cangrejiitos de la guarde, que íbamos a participar como grupo. Después de muchas vueltas, por fin! nos unimos al resto, esperamos a algún rezagado y… al escenario. Como algunos llevábamos hijos mayores, los incluimos en el grupo, que la verdad, quedó muy majo. Tate iba de Bob Esponja, o sea que, ideal, también pertenece al fondo del mar.

Del fondo del mar al escenario
Del fondo del mar al escenario

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Carnaval: Bob Esponja

Pasan las navidades y nos queremos incorporar a la rutina diaria después de las largas vacaciones escolares.

Me cuesta horrores levantar pronto a Tate para ir al cole,  se queda contento porque de nuevo está con sus compañeros, voy a la guarde a llevar a Coque y… sorpresa: ya tenemos tarea: preparar el disfraz para carnaval. Pero bueno! Si ni siquiera sé cuándo es carnaval, me parece que está lejísimos, pero no, queda poco más de un mes. Empieza el periplo del disfraz.

Tema del carnaval: el mar. Peces, sirenas, estrellas de mar,… y  nosotros de cangrejos. Madre mía, con lo poco diestra que soy yo para la costura…

Cuando Tate estaba en la guarde, se disfrazaron en carnaval de lápices. El tema era el material escolar, hubo borradores, sacapuntas, pinturas,…. Y la verdad es que quedó chulísimo. Entonces fue cuando me decidí a sacar partido a la máquina de coser de mi abuela, que estaba muerta de risa en casa de mi madre, y ella sólo le hacía caso a la hora de quitarla el polvo. Me ayudaron a ponerla a punto y me enseñaran a coser, luego ya era cuestión de práctica. Y ahí es dónde viene el problema. Se termina el disfraz y digo… sí, tengo algún arreglillo que me gustaría hacer, como meter bajos de pantalones por ejemplo, que es fácil y útil. Pero no sé qué pasa que si no te pones con ello, claro, no se consigue. Alguna vez me he puesto, y la verdad, pierdes el ritmo y no hay quien haga nada: pruebas en algo que no valga, y… bueno, no voy mal, pero empiezas a coser el bajo de ese pantalón que te queda tan bien, y… se engancha, se corta el hilo… total que intentas dejarlo lo más curioso que puedes o bien, a mano, como toda la vida. Ayer  me volví a poner. Practiqué con algunas camisetas viejas y no estuvo mal. A ver qué pasa cuando me ponga a meter los pantalones que tengo pendientes y he decidido que tengo que conseguir hacerlo con la máquina y así no perder la práctica.

Bueno, llega Tate del cole y se lo cuento, le parece fatal que él no se disfrace en el cole, pero bueno, haces que se le olvide y… claro, él también quiere disfraz, y como Coque va de cangrejo, como el Señor Cangrejo (de Bob Esponja, por si alguien no lo sabe y tiene la suerte de no tener que cenar con él a diario), Tate quiere un disfraz de Bob Esponja. Mira que bien, otro encargo nuevo. Pues sí hijo sí, yo te lo hago, no te preocupes.

Preparando disfraz Bob Esponja
Preparando disfraz Bob Esponja

Así que con ello estoy, ya tengo bien encauzado a Bob, pero ahora que nos han dado en la guarde el patrón y material para el cangrejito…no sé ni por dónde empezar… bueno sí, por probarle el patrón: Misión Imposible: llora como si se estuvieran torturando y no fui capaz. Me lo probé yo, Tate, hasta mi madre… y nada. Al intentarlo, roto en dos el patrón. Bien empezamos… Continuará…

* Si queréis verlos en el escenario: aquí Foto finish!