Nuestro Día del Padre

Qué bien habéis hecho los deberes chicas, qué bonitas felicitaciones a los papás, que después de todo, hoy es su día. Y yo, como si nada, y eso que es la fiesta del cole, que no se me puede pasar, pero… aquí en mi escaso sentimentalismo ni se me pasó por la cabeza hacer un post en relación (vaya tía…)

Nosotros somos de poca felicitación y menos regalo (qué románticos, eh?) pero nunca viene mal sacar a la luz esas cosas que solemos dejar pasar pero que son realmente importantes en nuestras vidas. Sin extenderme mucho: Gracias Papá por todos los ratos que compartimos y por todo lo que hace que seas un Papá Papá, de los de verdad. Eres de los que sí se merecen este día en el calendario. ¡Feliz día del padre!

Además hoy sí ha sido un día especial porque Papá no tenía que ir a trabajar y estamos pasando el día juntos. Hemos ido los dos a llevar a los niños al cole y a la guarde. Hemos hecho cosas en casa hasta la hora de ir a por Coque, que nada más entrar en su clase se ha levando corriendo hacia Papá para darle su regalo con una carita de felicidad preciosa (qué mejor regalo que eso). Luego hemos ido los tres a por Tate al cole, que también ha salido con su regalo y le ha hecho mucha ilusión vernos a todos allí, ha echado unas carreras con sus amigos como todos los días (además hoy no teníamos prisa), y a casa a comer.

Dia del padre

Un detallito en la comida ha sido nuestro regalo de hoy, por supuesto, incomparable a los regalitos de los niños, eso es otro nivel.

A terminar de disfrutar el día y…

¡Muchísimas felicidades a todos los papás!

Hermanos

Nunca hubiese podido imaginar cómo se me caería la baba al ver a mis hijos abrazándose y queriéndose como lo hacen a diario.

Hermanos

Yo no tengo hermanos, por tanto, no sé  (en primera persona) qué es lo que se siente. Aunque la relación con mi madre, desde siempre ha sido muy estrecha, además de madre, es mi amiga, podría decirse que también un poco hermana, quizá.

Cuando estaba embarazada de Coque me preguntaba cómo lo llevaría Tate cuando ya no fuera el único “rey de la casa”. Tuve un embarazo un poco malo y no podía estar tanto con él como antes, pensé que quizá ya desde antes de nacer pudiera desarrollar esa envidia que tantas inseguridades o dudas nos crean, no digamos ya si empezamos a escuchar a la gente (que para no variar saben más de nuestra vida que uno mismo) que ya verás qué pelusa cuando nazca, cuando deje de ser el centro de atención,… (Sin comentarios). Sigue leyendo