Una vez encauzado Bob Esponja, hay que ponerse con el cangrejo. Aquí está terminado. ¿Vemos el paso a paso?
- Preparando el disfraz de cangrejo
Al igual que yo, la mayoría de mamás tampoco tienen mucha más idea que yo, pero la que más y la que menos, sí que tienen una suegra, madre o lo que sea que se lo puede hacer. Qué suerte para ellas! O bueno, siempre buscando el lado bueno para las cosas: suerte para mí, que me obligo a aprender una cosa nueva. Además, ahora dispongo de un tiempo que quizá en otro momento no tenga: A por la costura!
Comentamos la jugada cada vez que llevamos a los niños a la guarde. Y resulta que entre unas y otras vamos sacando ideas. Tenemos tela (creo que es foam) de sobra, por lo visto sale para hacer doble el cuerpo del cangrejo y además creo que es más fácil de coser y queda mejor. Así lo hago: traca traca traca con mi máquina de coser… dos círculos para el cuerpo! No voy mal… Como tampoco es cosa de mucha precisión, si se me va la mano un poco, tampoco pasa nada.
Las patitas y las pinzas: la forma es mucho más extraña que un simple círculo, claro, pero lo que digo: tampoco tiene que ser exacto al patrón, por suerte, tenemos margen de error. Hay que cortar la tela, coserlas del revés y volverlas, para luego rellenarlas con relleno de eso de cojines. Me pongo a coserlas un domingo por la tarde con los niños correteando por el sótano y Papá intentando estar al cargo, y entre carrera y carrera le digo que si mientras voy cosiendo, él me va dando la vuelta a las patitas. Después del primer intento: “esto es involvible”, bueno, pues mira, déjalo, ya ahora lo hago yo (como el resto de cosas).
Otro debate: resulta que las pinzas como son grandes, se caen. Algo hay que ingeniar para que se sujeten. Tras varias pruebas fallidas por parte de varias madres, yo decido hacer las mías más pequeñas, a ver si con suerte se sujetan. Acierto! (como dice el anuncio). Se tumban un poco, pero no se caen, sin necesidad de varillas ni historias. Una cosa menos.
Punto esencial del disfraz: método de introducción del niño (me río por no llorar, esto es casi como Misión Imposible). Para niños que como el mío odia ponerse el abrigo y aún menos meterle en una cosa rara, llamémoslo disfraz, es algo trascendental. Para que sea más llevadero de poner, en lugar de querer metérselo por la cabeza, he optado por coser un lateral y luego poner velcro al otro lado, así le puedo cazar más fácilmente.
Bueno, pues el tema costura parece superado y con buena nota. Ahora hay que probárselo porque todo ha ido calculado con la ayuda de la chaqueta que se pondrá para salir a hacer un pequeño desfile, que sin con un poco de suerte el tiempo nos deja, se podrá hacer por las cercanías de la guarde. De nuevo: se lo pone Tate, me lo sobrepongo yo, jugamos con el cangrejo, cantamos la canción de Bob Esponja… y entre jijiji jajaja… con un movimiento rápido, meto el brazo de Coque y el pongo los velcros del otro lado. Rápido seguimos cantando y diciéndole lo guapo que está el cangrejito. Y en un minuto podemos ver que, a salvo de alguna pequeña rectificación, le queda bien! Segundos después: “A quitar”, empieza a tirones con el traje, y ya se lo quito y nos despedimos de él, para que el próximo día sea más amigo, a ver si así se da mejor.
Detalles: terminamos de poner boca y ojos. La boca pasa desapercibida, pero los ojos son un juguete extraordinario para los niños, porque es una bola de poliespan que sobresale un montón y parece que te incita a tocarlos. La última prueba lo confirmó: todo el ratito intentando coger las bolas… pero bueno, la elaboración ha concluido por fin!!! Y la verdad, es que ha quedado muy chulo. Ya veremos el día de la celebración que tal se nos da con estos cangrejitos…
* Si queréis verlos en el escenario: aquí Foto finish!